19 julio 2010

11J, toco el cielo con la Roja

Hace una semana me convertí en la persona más feliz del mundo. Fue un momento inolvidable. El 11 de Julio tendrá que ser conmemorado a partir de este año como el día más grande de la historia del fútbol español.

Tuve una sensación positiva nada más despertarme. Algo en mi interior me dijo: "hoy es el día grande". Me levanté lleno de energía positiva. Como en cada uno de los partidos de este Mundial, desde el partido ante Suiza hasta la final, me enfundé la camiseta de la Selección y me fui a la calle. Partí hacia el Centro Comercial Mediterráneo para hacer unas compras. Pensé que iba a estar abierto, pero me tuve que dar la vuelta. Aproveché entonces para irme al centro de Almería y así no regresar tan temprano a casa. Fui con la intención de ver el ambiente de mi ciudad en un día tan importante y visitar los puntos donde posiblemente podría concentrarse, a eso de las 23:00 horas, miles y miles de personas. Pasé por la Puerta de Purchena, Paseo de Almería, Plaza de las Velas y de ahí subí por la Rambla de Almería. Por donde iba, encontraba a gente con camisetas de España, niños y niñas de 4 años gritando "España, España" o adultos luciendo la bandera de nuestro país mientras paseaban. Regresé a mi casa metido ya en el encuentro y con unas ganas tremendas de que empezase ya el partido de mi vida. Delante del televisor y con el aire acondicionado a tope, pasé el resto del día. Me tragué los programas previos al partido que duraron toda la tarde y con ellos mi nerviosismo fue aumentado paulativamente. Antes del Holanda-España mi madre preparó una cena especial, como así era el momento que vivíamos, y terminé justo para ver el partido y no perderme ni un solo segundo. Con el himno de España me estremecí y a continuación, justo cuando el balón comenzó a rodar, en mi cabeza solo tenía cabida la gran final. Hasta los nervios se me quitaron.

El encuentro todo el mundo lo vió. Con él la tensión interna fue creciendo, apareció la indignación por el juego desplegado por el rival y la impotencia se apoderaba de mi al ver que el dominio del balón no servía para adelantarnos en el marcador. Con el gol de Iniesta exploté. Ahí llegaron los segundos más emotivos del día y de los mejores de toda mi vida. No pude evitar emocionarme. Jamás antes se me habían saltado lágrimas de alegría con nada, ni siquiera en otros dos momentos deportivos grandes como fueron el ascenso del Almería a primera o la única Eurocopa que vi ganar. No podía parar quieto, ni siquiera recuerdo los minutos posteriores que aún quedaron de partido. Con el pitido final, el sueño se hizo realidad. España era campeona del Mundo.

Tras ver a Casillas levantar la copa, llegó la hora de celebrar por todo lo alto lo conseguido. Con banderas, bufandas y pinturas de guerra me fui para la Rambla con amigos. Fue una noche larga, donde predominaron los cánticos, saltos, el buen rollo siempre y la diversión. La avenida Federico García Lorca llena de gente y de banderas de España como nunca antes se había visto fue sencillamente espectacular.

El 11 de Julio de 2010 fue memorable. Lo recordaré toda la vida. Viví miles de sensaciones en un mismo día y como aficionado, como le pasa a los jugadores, gané el Mundial que es lo máximo que se puede conseguir. Hay un antes y un después para la Roja y para España en general con aquel día. Estaba, estoy y estaré siempre orgulloso de donde he nacido. ¡Viva España!

2 comentarios:

Nico García dijo...

Lobo, definitivamente, y te lo digo en serio, esta es la mejor entrada de todo el blog desde que lo creaste. Haces que te metas en la historia, que envidia...
Por cierto, a saber que cena sería... jejejeje

Matías Rodríguez dijo...

es tocar el cielo conlas manos sin dudas, espero que puedan mantener esta excelente base de jugadores, un saludo y continuo leyendote tienes un muy buen sitio

fobal2000

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