04 julio 2010

Extraordinaria España

Volvió a ocurrir como en octavos. Con el paso de los minutos en el partido de cuartos de final la tensión fue creciendo considerablemente. España no marcaba. Es más, no conseguía hacer el juego al que nos tiene acostumbrados. Por contra, Paraguay hacía lo único para lo que estaba capacitada y disfrutaba de la situación. Así transcurrían los minutos. El nerviosismo cumbre llegó con el penalti en contra que nos pitaron. Por un momento se apoderaron de mi las pesadillas de siempre, pues un gol de este rival ultradefensivo sería un escollo muy difícil de superar. El pitido del árbitro señalando el punto de penalti significó para España la caída del boxeador tras un fuerte puñetazo del contrincante. En ese momento la expectación del público por levantarte y seguir luchando es máxima. Fueron segundos que se hicieron eternos. Ahí fue cuando apareció un santo. Casillas nos levantó al parar el penalti y podimos seguir luchando. El capitán no sólo nos dió la vida a todos los españoles, también despertó la furia de sus compañeros. Tanto fue así que en la posterior jugada de la Roja, el "cate" lo damos nosotros y lo recibe Paraguay. Había un nuevo penalti, esta vez para España, en tan solo un minuto, donde las sensaciones se oponían en ambos bandos. Ahora la oportunidad era nuestra para matar al contrario. Lo llegó a simular Xabi Alonso, fue cuando el país entero gritaba gol, pero el árbitro mandó repetir. En el segundo intento nuestro jugador falló y todo quedó en nada. El júbilo se apagó, con más rabia que nunca porque el árbitro erró gravemente contra nosotros en el rechace. Había sido un minuto de tristeza y felicidad, de desesperación e ilusión, incierto, contrariado... increíble. Mi cuerpo quedó incontrolable. Estaba en shock mental. Sin embargo, con todo esto, nuestros jugadores, grandes profesionales, se vinieron arriba. La furia roja había sido molestada y eso, con los titanes que conforman nuestra expedición, puede ser contraproducente. A partir de ahí, España atizó varias veces hasta que llegó el gol. Nuestro mejor componente, Villa Maravilla, fue el encargado de dejar KO al rival. Se desató el éxtasis en más de 40 millones de españoles. Por fin se había conseguido, España es semifinalista del mayor evento futbolístico del mundo.

El Mundial se está convirtiendo en una prueba de fuego contra los infartos. Como sigamos así a más de uno nos va a dar algo de verdad. Integrantes de la Selección Española, por favor, por el bien de todos los corazones españoles no nos hagáis tanto sufrir.

Mientras España salga victoriosa, que ganemos como sea. Ahora a por Alemania. ¡Siempre España!

1 comentarios:

Nico García dijo...

Como tú dices siempre, los pelos de puta tío leyendo la entrada. Lo que ha hecho esta Selección es algo muy grande y único, que pasará a la historia.

Yo hoy e ido a correr un poco por la playa. Hay que poner el corazón fuerte, que el miércoles podemos sufrir.

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