26 octubre 2010

¿Lillo es el problema?


Ulloa, con su gol ante el Hércules, salvó el puesto de Juanma Lillo. De todos es sabido que el presidente Alfonso García tiene poco aguante con los entrenadores y al actual desde hace un tiempo le tiene puesta una cruz. Si el domingo el Almería llega a perder, hoy Lillo sería una persona más en el paro.

Parte de la afición coincide con el presidente. Piensan que la solución está echando al entrenador. Yo no. Sí fui partidario del cese de Arconada y Hugo Sánchez, pero esta vez lo veo diferente y no estoy tan a favor del cambio en el banquillo. Pienso que traer a un técnico para ocupar el lugar de Lillo sería como hacer un cambio de cromos, pero para nada es dar solución a lo que está pasando. Reflexionemos un poco. Tenemos a un entrenador que ya ha demostrado saber lo que hace, que está muy unido a los jugadores y los conoce perfectamente y que encima prueba a unos y otros para mejorar el rendimiento del equipo (exceptuando a Marcelo Silva), también distintos sistemas. ¿De verdad el problema está en el banquillo?

Aunque parezca lo contrario, nunca me ha agradado Lillo como entrenador, pero no veo ahora el por qué de su sustitución. Al término de la pasada campaña, el presidente tuvo la oportunidad de quitarlo del medio y no lo hizo. Encima le puso obstáculos para esta nueva temporada, por un lado al no cumplir con los deseos que pidió (caso Soriano) y por otro, al tener a un jugador en plantilla que se suponía que iba a salir del equipo y después se quedó (caso Uche). Cierto que se podían haber hechos mejores números en estas ocho jornadas e incluso podemos señalar algunos errores que ha cometido el técnico, pero el Almería no es solo Lillo. También están entre otros, los jugadores, la directiva y el director deportivo. ¿Acaso ellos no han cometido errores en estos meses atrás?

Yo sería el primero en echarlo si por ejemplo ahora cosechásemos dos o tres derrotas consecutivas, pero para nada creo acertado que hoy por hoy Lillo tenga pie y medio fuera del Almería. Así está su situación actual. Y no es de ahora, desde el partido ante el Levante, tras la cuarta jornada, Lillo está sentenciado. Es algo que obviamente me parece mal porque va contra los intereses del equipo y no genera buen ambiente en el vestuario.

En el Calderón se jugará el puesto. Es un campo difícil para ello, por lo que tiene muchas papeletas para poner fin a su trabajo en el Almería. Antes también podrá ganar crédito en el partido de Copa del jueves, ante la Real Sociedad en San Sebastián. Ojalá salgan bien estos dos partidos y Lillo continúe. Además, pienso que con el calendario que viene ahora, que es fuerte, el modo de juego del Almería con Lillo puede darnos puntos que quizás no esperamos de antemano.

1 comentarios:

Nico García dijo...

La verdad es que es un tema delicado y que hay que echarle de comer aparte. Lillo no tiene totalmente la culpa, pero en parte sí. Otro que lo ha hecho bastante mal, ha sido Alberto Benito a mi parecer. Eso sí, confío, aunque tal y como estén las cosas no es lo normal, en que remontemos el vuelo y consigamos vencer a los grandes.
Un saludo Víctor!

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