21 noviembre 2010

¿Esto es lo que querías, presidente?

Tras la derrota de la semana pasada en San Mamés, todos pensábamos que Juanma Lillo iba a ser inmediátamente cesado. Como el propio entrenador dijo, le dieron el "tiro" hace tiempo y simplemente era cuestión de tiempo su marcha. Con los empates que cosechó el Almería, se fue salvando, hasta que en Bilbao caímos y nos metimos en descenso. Encima haciendo un fútbol pésimo. Pues aunque la directiva era la primera que quería echarlo, no lo hizo. El por qué, no lo sabemos. Lo único que se sabe es que ha pasado una semana en la que jugadores, cuerpo técnico, directiva y afición hemos estado desmotivados. Sabíamos que pasase lo que pasase ante el Barcelona, Lillo se iba a la calle. Así el equipo es imposible que pueda trabajar como debe. ¿Las consecuencias? Ayer las vimos.

¿Qué pretendía el presidente? ¿Quería esto? ¿Pretendía dejar en ridículo a Lillo para poder destituirlo con todas las de la ley? Pues lo ha conseguido, pero arrastrando también el nombre de Almería. Que Lillo se haya sentenciado por sí solo me importa poco, o nada, lo que no se puede tolerar es manchar nuestro escudo. Ayer se escribió la noche más negra de nuestra corta historia. El rojiblanco de verdad sufrió, y lo hizo como nunca había ocurrido. Cada gol que nos hicieron es como si de una puñalada nos estuviesen metiendo. Lo que más rabia me da es que fue una muerte anunciada y el cabecilla del club no movió ni un solo dedo para evitarlo.

Señor presidente, no sé los motivos por los que no cesaste antes al entrenador. Independientemente de que la marcha de Lillo fuese acertada o no, lo que no se puede es estar amenazando con dejarlo en la calle semana tras semana. Lo llevas haciendo desde el partido contra el Levante y los resultados ahí lo hemos ido viendo. Más duro fuiste tras la jornada 11 donde casi dabas por hecho su destitución y seguiste sin hacerlo. Dime donde puede estar la motivación del entrenador para seguir en el cargo tras esas declaraciones, pero ya no solo de él, sino también de los jugadores (que éstos también tendrán su discurso en Jugador Nº 12). Para otra vez, haznos el favor Alfonso García, y cierra la boca.

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