18 abril 2011

Una afición única

La afición almeriense es incomparable con ninguna otra. Se compone de unos hinchas que no tienen término medio. Hay dos formas de ver el fútbol, una es verlo como una parte de nuestro ocio, otra como un sentimiento. Ambas maneras se pueden ver en la afición del Almería, pero a lo extremo. Así se demostró el sábado en la goleada del Valencia.

Por un lado están los que van al fútbol simplemente por ocio. Bien porque verdaderamente les gusta este deporte o bien porque la sociedad parece obligarles a ir. Éstos conforme colaba el Valencia, vaciaban las gradas del Mediterráneo. La razón era pensar que el partido ya estaba resuelto, incluso la temporada, o ver un acontecimiento (el Madrid-Barcelona) que para ellos, como para casi toda España, se ha convertido en algo importantísimo para sus vidas.

Por otro estaban los que ven el fútbol como algo mucho más que un simple deporte (en este grupo entro yo). Sienten, viven y quieren a un escudo de un equipo de fútbol. Estos desde principio a fin estuvieron junto al Almería. Es más, cuanto más estaba sufriendo el equipo, más animaban y más presumían de los colores. Hasta el punto, que con una derrota por 0-3, colistas y con las posibilidades de permanencia casi agotadas, despidieron al equipo con una cerrada ovación. Con rostros serios, prefirieron sacar fuerzas para aplaudir a unos jugadores que no se les puede reprochar el gran esfuerzo que hicieron.

No creo que los primeros aficionados sean mejores que los segundos. Ni los segundos mejores que los primeros. Inlcuso quizás ambos comportamientos debido a su radicalidad sean erróneos, o no. Pero así somos nosotros, así es la afición del Almería. Como el equipo, somos una afición joven que quizás esté aún formándose. Lo cierto es que somos únicos. Además, no solemos caer mal. No sé si es por el comportamiento de los primeros o por los del segundo grupo. La afición del Valencia se despidió del Mediterráneo cantando "Almería oé" y "El año que viene nos volveremos a ver". Fue un gesto espontáneo, lleno de sinceridad, que ha conseguido que la hinchada almeriense desde el sábado vea al Valencia como un equipo amigo. No olvidaré esos ánimos que tan bien son recibidos en estos duros momentos.

Eso sí, ambos grupos se presentaron en el Mediterráneo con la intención de llevar en volandas al equipo. A la salida de los jugadores se creó un mosaico en preferencia que rezaba "Juntos podemos". La diferencia está en su comportamiento según lo que vayan viendo durante el encuentro.

Somos almerienses y como tales tenemos nuestras características. Tanto para lo malo como para lo bueno. Estoy orgulloso de la afición a la que pertenezco.

1 comentarios:

Carlos Vazquez dijo...

siento decirte que nuestra aficion son unos ''chaqueteros'' aquellos que se abonaron un año y ahora estan con su madrid y su barça y el campo vacio... la grada joven es el alma

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