07 julio 2011

Repetimos nueva cornada a Alemania y... ¡a la final!


Llegó el día de vivir unas semifinales de un Mundial. Sólo quedábamos cuatro equipos y se disputaban dos partidos para ver quienes eran los dos elegidos para reinar en Sudáfrica 2010. Una de esas semifinales olía a final. Los favoritos al título, nosotros, nos enfrentábamos a una de las mejores selecciones del torneo y a lo largo de la historia, Alemania. De nuevo, dos años después de la final de la Eurocopa, españoles y alemanes nos enfrentábamos.

Los germanos venían de eliminar ni nada más ni nada menos que a Inglaterra y Argentina. Eso no nos preocupaba, pues sabíamos que nosotros haciendo nuestro juego eramos imbatibles. Así fue durante los 90 minutos. Nuestra selección se despreocupó del rival y se concentró en una misma. Saltamos al terreno de juego con la idea de hacer nuestro fútbol de toque y vaya que si lo conseguimos. Hicimos probablemente el mejor partido del Mundial. A los alemanes no les quedó otra que defenderse como podían y buscar el contragolpe. Consiguieron mantener a cero su portería durante 74 minutos, pero ahí llegó un toro para romper las redes de la portería defendida por Neuer. Puyol remató con la cabeza a gol un saque de esquina tras volar sobre la defensa germana. Sí, fue así. Ante los alemanes le ganamos con una jugada a balón parado. Demostramos saber ganar de todas las manera.

Otra vez los alemanes quedaron con la miel en los labios. Dos años atrás le quitamos la Copa de Europa y eesta vez le impedimos disfrutar de la ansiada final del Mundial.

El ganar las semifinales supuso para todos los españoles como ganar un título. Aunque eso era lo que sentíamos esa noche, porque a la postre viviríamos de verdad el ser campeones. Aunque como cada cosa a su tiempo, ese día se cumplió lo de ¡España entera se va de borrachera!

Ciertamente atravesé por aquellos días momentos indescriptibles:

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