18 octubre 2011

Una derrota insignificante

En el octavo partido liguero llegó la primera derrota de la temporada. También ha sido el primero en la era Lucas Alcaraz, contando Liga, Copa y pretemporada. Hay que sumarle que fue a domicilio y en unos de los campos malditos para nosotros, Los Pajaritos. Allí nunca ha ganado el Almería. Encima el modo de producirse aleja toda crítica al conjunto. El partido lo perdió un sólo jugador, Marcelo Silva. Ese que en el minuto 40 permitió al Numancia adelantarse en el marcador y jugar el resto del tiempo en superioridad numérica. Casi nada la que nos lió el central uruguayo...

El romper una racha bonita como la que teniamos es lo que fastidia, sin embargo la derrota en sí no debe preocupar. Todo lo contrario. Se acabó ese pequeño protagonismo que estábamos cogiendo por ser los invictos de la categoría. Ahora ningún casillero de victorias, derrotas y empates está vacío. Ya sabemos lo que es perder, aunque esto no debe cambiar nuestra solidez como equipo. Quedémonos con lo positivo. A día de hoy para ganarnos necesitan ser 11 contra 10 y encontrarse el rival con el privilegio de un penalti. Sólo un error propio nos hace perder.

Un grave accidente debe ocurrir para que el Almería salga derrotado. El sábado el que nos hizo caer fue un propio compañero. Fue aparatoso el accidente, lo suficiente para que el causante pueda aprender del error; sin embargo de gravedad ínfima, para que se levante sin tener secuelas.

1 comentarios:

Nico García dijo...

Ayer a Silva se le fue la pinza en el entrenamiento, Alcaraz lo echó y luego parece que le pegó a alguno en el vestuario...

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