08 abril 2012

Una derrota muy significante


Estamos fuera de los playoff. Sería el momento de poner la alarma naranja. La roja sería excesiva. Sin embargo no podemos ni la una ni la otra. Nuestra alarma está rota. Se la cargó Alfonso García la semana pasada.

Ante el Huesca jamás se debió perder y estoy convencido que con Lucas Alcaraz en el banquillo no hubiésemos regresado de vacío.

Para nada creo que el culpable sea Esteban Vigo. Sería ridículo. Su valer no se puede valorar en este encuentro, ni tan siquiera en el siguiente. Se requieren varias jornadas para que el malagueño inculque su modo de ver el fútbol en la plantilla. Necesita tiempo y es ahí donde está el problema. En la jornada 33 la competición no da tregua. Ahora no hay margen de tiempo.

La derrota en El Alcoraz tiene un culpable. Es el mismo responsable de que ahora estemos fuera de las eliminatorias de ascenso a Primera. La incógnita a partir de ahora es si el daño causado queda en un solo partido o en toda una temporada.

Aquí se apostó por una plantilla y un entrenador a principios de temporada. Con ello se vendió la Primera como objetivo. Ya era una meta atrevida para las gestiones llevabas a cabo por la directiva. Aún así, jugadores y cuerpo técnico dieron resultado, siempre y cuando se viesen los playoff como posibilidad de ascenso, que lo son. Todo se vio truncado la semana pasada con la destitución del técnico con el que se apostó.

¿Se hizo eso porque se busca ascenso directo? En el pico lo lleva quien piense que el Almería acabará entre los dos primeros, con Alcaraz, Boquerón Esteban o Perico de los Palotes.

No me preocupa nada Lucas Alcaraz. No quiero darle más valor del que tiene la derrota en Huesca. Sólo espero que por el bien de todos acabemos la temporada luchando por el ascenso. Eso haría que al final todos, más o menos, llevásemos razón. Sin embargo lo contrario dejaría a una parte, sobre todo a una persona, en muy mal lugar, quedando sin excusas donde agarrarse.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Chapeau!!
Pero permíteme un inciso. Siempre le quedará una excusa a la que agarrarse, y esa es la de siempre, el ascenso a primera tras 30 años.
Con eso ya parece que vale todo.

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