Mi corazón sigue creyendo en el milagro. En el caso de que se produciese un descenso matemático ya estaría preparado para luchar de nuevo por el ascenso. El sentimiento rojiblanco me hace pensar así. Sin embargo a día de hoy lleva más razón mi cabeza. Ésta dice que nuestro desenlace está ya pronosticado. Quedan 6 partidos y necesitamos ganar 5, los mismos que hemos ganado en 32 jornadas...
Ahora toca hacer nuestro particular camino hacia el Calvario. La mejor manera de afrontar esta situación no es lamentándose, ni arrojando la toalla. Hay que hacer lo que hizo Jesús. Él sabía que iba a morir, sin embargo se abrazó a la cruz y con amor cargó con ella. Llegando incluso al máximo sufrimiento que nadie puede soportar, nunca perdió la fé. Nos mostró así como hay que actuar contra las adversidades. Todo hay que afrontarlo con valentía y fé.
2 comentarios:
Victor con tu permiso, cojo unas palabras que has escrito en el segundo párrafo que es para enmarcarlas y que lo he puesto en mi blog. Si te molesta, me lo dices sin problemas.
Un saludo y me alegro de habernos visto!
Me encanta como has redactado el tema de la esperanza. Aquí en Argentina los hinchas de Quilmes están iguales, necesitan de un milagro para salvarse del descenso.
Éxitos, te espero en mi blog.
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