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Foto: Víctor Guerrero Ibáñez. |
El año 2005 cambió Almería. Esa ciudad bombardeada durante la Guerra Civil y afectada por el exilio masivo en la post-guerra se vio obligada a partir de cero a mediados del siglo XX. Su recomposición fue dura y lenta, pero posible gracias a la tenacidad incansable de los almerienses. Lograron construir una espléndida ciudad de entre las cenizas, con ingenio y sin ayuda externa. Así hasta el nuevo siglo, que con la llegada de los
XV Juegos Mediterráneos Almería 2005, vino la modernización de la ciudad. El evento internacional marcó un antes y un después en la vida de los urcitanos, que se tradujo al mismo tiempo en un punto de inflexión en la historia del fútbol almeriense.
Los Juegos Mediterráneos celebrados en el sureste español llevó a Almería modernas infraestructuras, cuya joya de la corona se denominó
Estadio de los Juegos Mediterráneos. Fue la instalación deportiva principal del evento olímpico y desde la temporada 2004-2005 se convirtió en el nuevo feudo del club de fútbol representativo de la ciudad, la Unión Deportiva Almería.
Aunque el Estadio Mediterráneo, como así se le conoce popularmente, maravilló a la población almeriense durante la celebración de los Juegos, más reacios fueron los amantes del fútbol en la ciudad. La polémica pista de atletismo no fue bien recibida entre los seguidores del Almería, acostumbrados a un campo cuyas gradas estaban a pie de campo, como era el del Municipal Juan Rojas. El antiguo estadio almeriense había acogido durante cerca de 30 años los encuentros de fútbol que habían disputado los diferentes clubes de la ciudad, siendo la afición partícipe directo de sus éxitos por la presión que ejercían sobre el rival y el árbitro, al más estilo campo inglés.
En cualquier caso, a los seguidores de la UD Almería no les quedó otra que aceptar la mudanza hacia el estadio de la Vega de Acá, puesto que el Juan Rojas quedó inhabilitado para la entrada de público a sus gradas por problemas estructurales. Aunque la relación entre el Mediterráneo y la afición rojiblanca fue fría en un principio, nunca hubieran imaginado en ese momento que ese estadio iba a cambiar la cruel historia del fútbol almeriense.
Tres años bastaron en el nuevo estadio para lograr lo que para Almería era todo un sueño, llegar a la máxima categoría del fútbol nacional. No sólo lograron jugar entre los grandes de España, sino que además lo hicieron para quedarse. Con su sexta temporada, frente a las cinco pasadas en Segunda, el Estadio de los Juegos Mediterráneos se ha convertido en un
escenario de Primera.
La presentación en la élite
La historia del Mediterráneo en Primera comenzó con un
Almería-Valencia, correspondiente a la jornada 2 de la
temporada 2007-2008. Antes, en el partido inaugural de dicha campaña, los almerienses habían entrado en el olimpo del fútbol español de la mejor forma posible, venciendo 0-3 al Deportivo de La Coruña en Riazor. En su estadio no pudieron comenzar con buen pie. Cayeron 1-2 frente a los valencianos, aunque el juego durante los 90 minutos fue muy disputado. El primer jugador rojiblanco en hacer un gol ante la afición almeriense en Primera fue Negredo, aunque antes, en el minuto 46 de ese partido,
Fernando Morientes había marcado para el Valencia CF.
El primer punto conseguido por los almerienses en la máxima categoría se produjo en el segundo encuentro que tuvo el Mediterráneo como escenario. En ese partido el Almería se adelantó por medio de Mané en la primera parte, sin embargo, a falta de trece minutos para el final, Güiza empató para el RCD Mallorca. Hubo que esperar hasta la octava jornada de Liga, al cuarto encuentro en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, para ver la primera victoria de los rojiblancos en su feudo. Fue en su enfrentamiento con el CA Osasuna, al que vencieron por dos goles a cero.
El Mediterráneo, sólido en la primera temporada
La campaña del debut de la UD Almería en Primera fue inmejorable. De hecho ha sido su mejor año hasta la fecha. Consiguió acabar octavo en la clasificación, por encima de equipos como Valencia CF o Athletic Club. Cerró la Liga con 52 puntos, a diez del descenso y sólo a ocho de los puestos europeos.
El Estadio Mediterráneo tuvo mucho que ver para conseguir el éxito en dicha temporada. El Almería logró nueve victorias como local, con reparto a cinco de empates y derrotas. Valencia, Racing de Santander, Real Zaragoza, Getafe y Recreativo de Huelva fueron los únicos equipos que asaltaron el estadio. Ninguno de los tres últimos clubes que han ganado la Liga llegaron a imponerse en el feudo rojiblanco. El Atlético de Madrid y el FC Barcelona no pasaron del empate, mientras que
el Real Madrid cayó ante la sorpresa de medio mundo por dos goles a cero. El equipo dirigido entonces por Unai Emery dio la campanada con una victoria ante los blancos que hoy aún guardan con orgullo los hinchas almerienses.
A partir de la jornada 17, tras salir derrotado por el Getafe, el Almería encadenó
cuatro victorias seguidas como local, y hasta nueve sin ser vencido, con un total de 21 puntos. Es la mejor racha del equipo en Primera, siendo finalizada por el Recreativo de Huelva. Este encuentro correspondió al último de la temporada en el Estadio Mediterráneo, en el cual los rojiblancos llegaron con los deberes hechos, pero no los onubenses, que con los tres puntos dependieron de sí mismos en la última jornada del campeonato para lograr la salvación.
El fortín se fortalece en la campaña 2008-2009
La segunda temporada del Estadio Mediterráneo en la máxima categoría comenzó con los mismos protagonistas que en la anterior. Correspondiente también a la segunda jornada de Liga, el Valencia se desplazó al sur para abrir de nuevo el telón rojiblanco, sin embargo en esta ocasión los valencianos se tuvieron que conformar con el empate a dos goles.
Los números del Almería en casa de la temporada 2008-2009 fueron incluso mejores que la anterior. Once victorias y cuatro empates le dieron un total de
37 puntos a los almerienses, que es el récord actual. Sólo Sevilla, Deportivo de La Coruña, Barcelona y Espanyol consiguieron vencer en el Mediterráneo, que se ganó con méritos propios el apelativo de
fortín.
La mayor goleada como local que ha realizado el Almería en Primera es de 3-0. Se ha producido en dos ocasiones y la primera victoria con tal resultado se dio en abril del 2009.
El afectado fue el Villarreal CF. Mané, Piatti y Negredo metieron los goles. El delantero madrileño acabó la campaña 2008-2009 con 19 tantos, suma que ningún otro jugador con la elástica rojiblanca ha podido alcanzar.
Como pasase un año antes, en el último encuentro de dicha temporada en el Mediterráneo el Almería ya no se jugaba nada. Perdió esta vez frente al Espanyol en la penúltima jornada de Liga. De haber ganado hubiera batido la marca de cuatro victorias consecutivas como local, puesto que anteriormente Villarreal, Osasuna, Numancia y Sporting de Gijón salieron derrotados de Almería en el tramo final del campeonato.
La Primera no es un camino de rosas
Los dos siguientes años del Almería en Primera no fueron tan gloriosos como los anteriores. Durante la temporada 2009-2010, los rojiblancos consiguieron salvarse tras un año convulso y de altibajos.
Una campaña más, el Estadio Mediterráneo fue fundamental para que el Almería pudiera mantener la categoría en 2010. Dos resultados llamativos durante ese ejercicio fueron la victoria por la mínima frente al Atlético de Madrid o el empate a dos con el potente FC Barcelona, que acabaría ganando la Liga por segundo año consecutivo.
Por contra, en ese tercer año de los rojiblancos en Primera, el Almería se llevó el primer gran golpe de su aventura en la élite. Una derrota cosechada ante el Athletic de Bilbao por 1-4 hizo bajar de la nube a un equipo humilde que se había acostumbrado a verlo todo de color de rosa. Era el peor resultado hasta la fecha como local. Otro palo para los urcitanos en esa temporada fue ver como el Hércules de Segunda les eliminaba a las primeras de cambio en Copa del Rey. Un 0-1 en el Mediterráneo clasificó a los alicantinos y dejó tocados a los almerienses.
De nuevo la permanencia llegó antes de disputarse las 38 jornadas de Liga. La última de ellas enfrentó al Almería con el
Sevilla, con los primeros ya de vacaciones y los segundos jugándose el estar en Champions. El partido fue una locura, puesto que los locales consiguieron igualar por dos veces la contienda y a punto estuvieron de hacerle un favor al Mallorca, que era el otro club que luchaba con los hispalenses por el cuarto puesto. Sin embargo, un canterano del Sevilla que saltó desde el banquillo marcó en la prolongación y metió a su equipo en la mejor competición continental de clubes. Ese joven delantero fue Rodri, que más tarde defendería la elástica rojiblanca. Negredo, jugador del Sevilla y "ex" del Almería, fue otro de los protagonistas, puesto que dejó a su equipo con diez por protestar y le pudo haber costado caro al equipo dirigido entonces por Antonio Álvarez.
La caída del fortín
El Almería no corrió la misma suerte en el ejercicio siguiente. Malas gestiones, como la salida de Soriano del equipo tras un desencuentro con el presidente Alfonso García, y decisiones precipitadas durante la temporada, hasta tres entrenadores pasaron por el banquillo rojiblanco, ayudaron para que la permanencia no fuera posible por cuarta vez consecutiva.
El fortín Mediterráneo fue demolido sin piedad. Los nueves primeros equipos que visitaron el estadio almeriense en Liga se llevaron puntos de allí. Ese pésimo bagaje, junto a la derrota que comentábamos anteriormente frente al Sevilla, completaron la peor racha del Almería en casa en la máxima categoría. Fueron
diez derrotas que se prolongaron durante ocho meses.
El resultado más bochornoso fue el
0-8 endosado por el Barcelona, que se convirtió en la mayor goleada en contra como local en la historia del Almería. Supuso además la destitución del técnico Juanma Lillo.
Le reemplazado José Luis Oltra, que tampoco pudo enderezar el rumbo del equipo y sería despedido a falta de ocho jornadas para el final. Roberto Olabe fue el elegido para obrar el milagro, algo que nunca se produjo. Los almerienses perdieron la categoría en el Coliseum Alfonso Pérez a falta de tres jornadas para el final. Un resultado de 2-0 a favor del Getafe convirtió al Almería de nuevo en equipo de Segunda.
Dejando a un lado la excelente temporada en Copa del Rey, en la cual los almerienses llegaron hasta las semifinales, los números en Liga fueron paupérrimos. La afición local sólo pudo disfrutar de tres victorias, las logradas frente a Osasuna, Espanyol y Mallorca. Además tuvo que contar hasta
tres derrotas consecutivas en Liga, algo que nunca más se ha producido. El Mediterráneo se despidió de Primera dando una victoria a su equipo al imponerse 3-1 al Mallorca, sin embargo una jornada después, en el adiós a Primera, el Almería encajó otro histórico resultado. Se marchó a Segunda tras recibir un 8-1 del Real Madrid en el Santiago Bernabéu.
Remodelación en el estadio
El Estadio Mediterráneo pasó a ser campo de Segunda durante dos años. Ésto sirvió para recuperar autoestima tras la difícil temporada 2010-2011, pero también para remodelarse. La demanda durante años de los aficionados almerienses de estar a pie de campo se hizo realidad. Se construyeron
dos gradas supletorias en ambos fondos sobre la pista de atletismo. Aunque el estadio perdió capacidad de espectadores, por fin la hinchada rojiblanca pudo estar más cerca que nunca de sus jugadores.
Con esta nueva estética, el Mediterráneo volvió a lucirse en Primera en
2013. El Almería logró el ascenso el 22 de junio de ese año. Lo hizo tras ganar de forma clara, por tres goles a cero, al Girona. Superó así las dos eliminatorias de los playoff de ascenso, a las que se vio obligado a jugar tras perder frente al Villarreal en la última jornada del campeonato liguero.
De Primera otra vez
La temporada del retorno a Primera resultó ser complicada. Otra vez el Almería tuvo que adaptarse a la nueva cateogría. Además, lo hizo con un nuevo y debutante entrenador.
Francisco, delantero de los almerienses años antes, cogía el difícil reto de dirigir al club de su vida en Primera.
El inicio de temporada no fue nada alentador. El equipo almeriense no consiguió ni una sola victoria durante las diez primeras jornadas. Demostrando haber aprendido de errores del pasado, Alfonso García supo tener paciencia y mantuvo al técnico almeriense al mando. Fue una decisión acertada, puesto que el Almería consiguió enderezar el rumbo.
Exceptuando la temporada del descenso, este año fue el más discreto del equipo en cuanto a números se refiere. En casa hizo lo mínimo para salvarse, con seis victorias, seis empates y siete derrotas. La peor de estas últimas fue el 0-5 que recibió del Real Madrid. Por contra, consiguió igualar su mejor resultado como local, que era de tres goles a cero. El vecino Granada fue la víctima en esta ocasión.
En la jornada 29 de esa temporada,
Hicham pulverizó el record como jugador más joven en anotar con la elástica rojiblanca en Primera. Con 18 años, 10 meses y 17 días, marcó el último gol del partido ante la Real Sociedad. El Mediterráneo enloqueció con la acción del joven de origen marroquí, puesto que marcó en el descuento para cerrar un disparatado partido que acabó con el resultado de 4-3.
El Almería terminó la campaña salvando la categoría con mucho sufrimiento. Tanto fue así que hubo que esperar hasta el pitido final del último encuentro de Liga para celebrar la permanencia. Un
empate a uno ante el Athletic le dio ese punto que requería para salvarse matemáticamente. Para ello, se había visto obligado a ganar de forma consecutiva en las tres jornadas anteriores, frente a Espanyol, Betis (en casa) y Granada. Ese sprint final dio como resultado una sexta temporada del club en Primera.
Centenario Mediterráneo
Ahí se está, en la
sexta campaña con el Mediterrráneo como puerto de Primera. Todo un éxito para un estadio que fue inaugurado hace 10 años y para una afición acostumbrada al fútbol humilde de categorías como Segunda B o Tercera.
El próximo sábado el feudo rojiblanco cumplirá su centenario en la élite del fútbol español. La hichada local espera ver la primera victoria de la presente temporada, puesto que anteriormente se dieron sendos empates ante Espanyol, Córdoba y Elche y una derrota por la mínima frente al último campeón de Liga, el Atlético de Madrid. Como dato, en el enfrentamiento con el club cordobés, el Mediterráneo presenció el
debut de Gaspar Panadero, el jugador más joven en vestir la elástica almeriense en la máxima categoría. Lo hizo con 16 años y 277 días. Es otro bonito momento de este estadio que sigue día a día escribiéndo su historia.
Lleguen o no los tres puntos en el fin de semana, la fiesta rojiblanca está asegurada. El Almería recibe al
Athletic en un Estadio de los Juegos Mediterráneos que está de aniversario. Atrás quedaron tiempos de penurias en el fútbol almeriense. Hoy el viento sopla a favor en el sureste. La casa rojiblanca acoge con orgullo su
partido 100 de Primera.