Foto: Marca. |
La segunda parte fue un desastre mundial. Rozamos el ridículo, con una defensa paupérrima y un Casillas que está lejos de su mejor nivel. Holanda, sin quitarle su mérito, se desquitó así de la final de Sudáfrica. Lo hizo sin compasión. Nos hizo cinco, entrando en la historia negra de un mundial, porque nadie con una estrella en su poder había recibido tal varapalo en una fase final. Desde 1963, jugando frente a Escocia, no habíamos encajado tantos goles en partido oficial.
Se sufrió viéndolo. Fue duro irse a la cama. También difícil ha sido el despertar del día después. Sin embargo no queda otra que levantarse. Del Bosque nos mostró cómo hacerlo cuando aún no había terminado el encuentro. Además, ya lo hicimos en el Mundial de 2010. También hace dos años en la Eurocopa de Polonia y Ucrania ¿Por qué no ahora? Creo, porque siempre creí y seguiré creyendo en este equipo.
Es difícil, pero se puede salir de ésta. Eso sí, hay que rectificar. Debemos dejar la estrella a un lado y tirar de humildad, de unión, de furia. Lo de ayer no se puede volver a repetir. Esos jugadores, que tanto han maravillado a todo el planeta, no pueden despedirse de esta forma. No dejemos que el mundo se ría de nosotros.
Todavía hay tiempo para enmendar el error. A Del Bosque y a los 23 privilegiados que están ahí: por favor, sáquenos de esta situación.
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