02 junio 2015

Resumen 2014/15: Tanto nadar para morir en la orilla


La UD Almería disputó en la temporada 2014/2015 lo que era su segundo año consecutivo, y el sexto en su historia, en la máxima categoría del fútbol español.

Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, afrontó la campaña con el objetivo de salvación entre ceja y ceja. La ilusión siempre reinó en el sureste español, sin embargo el camino estuvo lleno de espinas. Hasta tres entrenadores intentaron poner el rumbo de la permanencia, pero ni Francisco Rodríguez, ni Juan Ignacio Martínez, ni Sergi Barjuan, consiguieron sacar el máximo partido de una plantilla que al final demostró estar descompensada.

Algunos asuntos extradeportivos que golpearon al club durante la temporada, de forma particular la sanción de la FIFA con la retirada de tres puntos, no ayudaron en absoluto en la búsqueda de la estabilidad que nunca llegó a la capital urcitana. El equipo se vio obligado a luchar en todo momento al filo de la navaja y cuando verdaderamente se quiso poner toda la carne en el asador al ver peligrar la vida, resultó ser demasiado tarde. El Almería acabó muriendo en la orilla.

Plan renove para la segunda temporada de Francisco


La plantilla del Almería tuvo un cambio radical en el verano de 2014. La épica, pero sufrida permanencia en Primera lograda en la temporada 2013/2014 llevó a la directiva rojiblanca a modificar gran parte del equipo. Jugadores como Nelson, Rafita, Torsiglieri, Marcelo Silva, Hans Martínez, Marcos Tébar, Barbosa, Rodri u Oscar Díaz dejaron atrás una discreta etapa en el conjunto almeriense. Más ruido hizo Suso, sobre todo en temas extradeportivos. El gaditano, que había vestido la elástica rojiblanca en calidad de cedido, regresó al Liverpool tras alguna que otra polémica con la afición almeriense. Otros dos jugadores abandonarían el barco de forma fortuita. Esteban, con cerca de los 38 años, eligió volver al Real Oviedo para retirarse, mientras que Aleix Vidal fue fichado por el Sevilla FC para convertirse en el jugador que mejor rédito económico dejase en el club rojiblanco.

Sí se mantuvo el cuerpo técnico, con Francisco a la cabeza. En el entrenador almeriense pareció recaer todos los honores de la continuidad en la máxima categoría nacional, que suponía ser la sexta en la historia del club. El que fuera delantero del Almería tenía, ahora como técnico, la confianza de la directiva y de la afición.

Durante el mercado estival fueron aterrizando en la provincia del Indalo nuevos jugadores procedentes de equipos nacionales e internacionales, tales como el delantero israelí Tomer Hemed (RCD Mallorca), el defensa argentino Mauro Dos Santos (Real Murcia), un joven jugador con grandes aptitudes como el centrocampista ghanés Thomas Teye Partey (RCD Mallorca), el vallisoletano Quique González (CD Guadalajara), la gran estrella asiática Teerasil Dangda (Muangthong United), el brasileño Wellington Silva cedido por el Arsenal FC, el lateral valenciano Ximo Navarro (RCD Mallorca), el internacional franco-congoleño Thievy Bifouma (RCD Espanyol), el cancerbero coruñés Rubén Martínez (Rayo Vallecano), el joven portero Julián Cuesta (Sevilla FC) y los procedentes del filial Fran Vélez y Édgar Méndez.

Una pretemporada exótica


Las nuevas incorporaciones, junto a hombres considerados de la casa como Corona, Soriano, Verza o Trujillo fueron ilusionando a la hinchada almeriense conforme avanzó la pretemporada. Ésta arrancó con dos victorias, por 0-5 frente al Águilas y 1-2 ante el UCAM CF.

El periodo de preparación estuvo marcado por un acontecimiento sin precedentes a orillas del Mediterráneo. Gracias al apoyo de la Liga de Fútbol Profesional y a los contactos de los almerienses con Tailandia a partir del fichaje de Teerasil Dangda, el equipo rojiblanco tuvo la posibilidad de hacer una gira asiática para promocionar el fútbol español. Del 28 de julio al 8 de agosto los urcitanos prosiguieron su puesta a punto en Bangkok y en la isla de Phuket. Durante este tiempo disputaron dos amistosos. El primero terminó en tablas a uno ante el Muangthong United, equipo del que procedía Teerasil, mientras que más tarde vencieron 1-3 al Phuket FC. Dejando a un lado las inclemencias meteorológicas, la experiencia sirvió para que el club creciera en seguimiento gracias a un pueblo tailandés entregado, que agradeció con obsequios y mucho cariño la visita de un equipo de la élite del fútbol español en su país.

En el regreso a España, los de Francisco afrontaron dos ensayos más. Éstos fueron ante entidades de mayor envergadura. El primero, en la presentación del Albacete en el Carlos Belmonte, los almerienses vencieron 1-2. El último amistoso de la pretemporada sirvió para darse a conocer ante su hinchada. El Estadio de los Juegos Mediterráneos acogió al Córdoba CF, que volvía a Primera muchos años después. El marcador reflejó 1-1, dejando invicto a los almerienses en dicha pretemporada.

Irregular inicio de Liga


La Unión Deportiva Almería arrancó la temporada 2014/2015 con ilusiones renovadas. La plantilla aparentemente era más competitiva y el objetivo marcado fue de nuevo la permanencia en Primera, pero con matices. Se apostó por conseguirla de una forma menos agónica que en la anterior campaña.

Los de Francisco abrieron la temporada en casa, en medio de la inauguración de la Feria de Almería y con el horario nocturno de sábado a las 23:00 horas. El primer rival en visitar el Estadio de los Juegos Mediterráneos fue el RCD Espanyol. A pesar de jugar durante una hora con un hombre menos por expulsión de Arbilla, el conjunto perico igualó en el último segundo el tanto conseguido por Soriano tras el descanso. Sergio García apareció al final para arrancar un valioso punto y dejar a los locales sin el botín completo. El encuentro estuvo marcado por un apagón de parte del alumbrado del recinto deportivo después de adelantarse el Almería en el marcador. Eso hizo que el choque se prolongase diez minutos más de lo previsto. El pitido final llegó pasadas las 1:00 de la madrugada.

El inicio de Liga de los almerienses parecía asequible. Tras el Espanyol, el Almería visitaría el Coliseum Alfonso Pérez y luego recibiría al Córdoba CF. El primer desplazamiento se saldó con derrota por la mínima. Los locales se impusieron con un único tanto de Álvaro Vázquez, marcado en la primera parte ante la pasividad de la zaga almeriense.

La afición rojiblanca tampoco pudo festejar la victoria en la tercera jornada. Ante un conjunto inexperto como era el cordobés, también hubo reparto de puntos. Hemed adelantó a los rojiblancos pasados los diez minutos de juego y, poco tiempo después, Cartabia empató para los visitantes. No se movió más el marcador, a pesar de un posible penalti de Campadabal y un disparo al larguero de Soriano. Aunque los de casa pudieron vencer, también en la última jugada del encuentro pudieron perder. Rubén salvó a su equipo repelando un disparo de Ghilas en la prolongación. Como curiosidad, ese 12 de septiembre debutó Gaspar Panadero con el Almería, un canterano de 16 años que ha quedado marcado en la historia del club al ser el más joven en vestir la elástica almeriense en Primera.

Aunque en todas las cuentas almerienses estaban registrados mejores números en este arranque de Liga, a decir verdad a la jornada 4 se llegó con dos puntos de nueve posibles. El próximo compromiso, en Anoeta, parecía más difícil de superar, sin embargo fue en San Sebastián donde llegó la primera victoria rojiblanca. De la Bella, en propia meta, y Dos Santos, tras el descanso, pusieron de cara los tres puntos para los visitantes. El Chori Castro recortaría distancias a falta de seis minutos para el final, pero resultó ser demasiado tarde, puesto que no se movió más el marcador. Ese 1-2 supuso la primera victoria de las visitas almerienses a Anoeta en Liga y además sirvió para tranquilizar a una hinchada que se había impacientado por los discretos resultados de las primeras jornadas.

El primer hueso duro en jugar en el Mediterráneo se dio en la quinta jornada. El que era vigente campeón de Liga, el Atlético de Madrid, volvió a sufrir de lo lindo en Almería, pero en esta ocasión y por primera vez, consiguió salir victorioso del feudo urcitano. Un gol de Miranda tras un saque de esquina bastó para sumar los tres puntos. Ese día ambos conjuntos estuvieron dirigidos por el segundo entrenador del equipo almeriense y madrileño, Jaime Ramos y el "Mono" Burgos respectivamente. Tanto Francisco como Simeone vieron el encuentro desde la grada por sanción.

La segunda victoria del conjunto almeriense volvió a darse a domicilio. Un equitativo duelo con el Deportivo de La Coruña finalizó con una genialidad de Édgar en la prolongación. El bonito gol del tinerfeño valió tres puntos que catapultaron al Almería hasta mitad de la tabla de clasificación, con ocho puntos y seis partidos disputados.

La debacle de Francisco


Las dos victorias en el norte de España supusieron una inyección de ilusión que fue apaciguándose conforme avanzaron las semanas. La victoria en Riazor trajo detrás una racha fatídica, que se prolongó durante ocho jornadas de Liga. El mal bagaje comenzó con un empate a dos ante el Elche. Los almerienses tuvieron que igualar por dos veces el luminoso del Mediterráneo, por culpa de un gol tempranero de Víctor Rodríguez y un bonito tanto de Jonathas en la segunda parte. Primero Verza igualó al materializar un penalti y Hemed marcó su primer gol como rojiblanco a cinco minutos del final. El segundo tanto local llegaría cuando el Elche ya jugaba con diez jugadores, por expulsión de Jonathas a falta de algo más de veinte minutos para el final.

A continuación el Almería sumó cuatro derrotas consecutivas. Correspondiente a la jornada 8, el Villarreal se impuso con relativa facilidad en su feudo gracias a dos goles de Ikechukwu Uche. Una semana después los almerienses cayeron en un pobre partido ante el Athletcic, quien se llevó el encuentro con un solo disparo a puerta protagonizado por Etxeita tras un saque de esquina y de rebote. Seguidamente el Levante sumó sus primeros puntos en casa al vencer 2-1, con goles de Barral y Casadesús para los levantinistas y de Jonathan Zongo para los visitantes. La cuarta derrota consecutiva se dio en el Mediterráneo ante el FC Barcelona. El Almería llegó incluso a ponerse por delante gracias a un gol de Thievy, sin embargo Neymar y Jordi Alba remontaron en el tramo final del encuentro.

El final de la era de Francisco en el club de su ciudad natal llegaría con otros tres paupérrimos resultados. El duelo ante el vecino Granada en Los Cármenes se saldó con un empate a cero, que se pudo dar como bueno tras la infantil expulsión de Azeez en el minuto 52 de partido. Tanpoco fue malo el juego desplegado en la jornada 13 ante el Rayo Vallecano, sin embargo sí lo fue el resultado. Tras haber tenido muchísimas ocasiones para marcar y no hacerlo, Kakuta apareció a cuatro minutos para el final para darle la victoria a los rayistas.

Ni siquiera el primer compromiso en Copa del Rey, que se saldó con victoria, sirvió para evitar la destitución del técnico almeriense unos días después. Ante un Betis de Segunda División, el Almería encarriló los dieciseisavos de final de Copa al llegar a ponerse en el marcador 0-4 en el Benito Villamarín. A pesar de ésto, el conjunto verdiblanco salió vivo de la ida con un final épico que le permitió acabar el encuentro 3-4. Ese desastroso tramo final de partido, junto a la bochornosa derrota en Liga ante el Eibar, terminaron por agotar la paciencia de Alfonso García. La directiva cesó a Francisco tras la sonrojante goleada encajada en Ipurúa. Recibió un 5-2 ante un equipo que disfrutaba por primera vez en su historia de la máxima categoría nacional.

Efecto Juan Ignacio Martínez


El Almería post-Francisco tuvo que afrontar el exigente choque ante el Real Madrid con un entrenador ocasional. Miguel Rivera, técnico que dirige al filial almeriense en la Segunda División B, preparó y dirigió el encuentro de la jornada 15 ante el entonces líder de la Liga. El equipo dio la cara en su feudo e incluso pudo sorprender a su rival de no haber fallado Verza un penalti con el luminoso reflejando 1-2. Con un final acelerado de los blancos, los de Carlo Ancelotti vencieron con un abultado 1-4.

La directiva anunció la contratación del nuevo entrenador en medio de un calendario cargado de partidos entre Liga y Copa del Rey. Entre la derrota ante el Real Madrid y en vísperas de jugar la vuelta de la eliminatoria de Copa frente al Betis, Juan Ignacio Martínez fue el elegido para enderezar el rumbo del equipo. Su estreno llevó a la afición rojiblanca a celebrar su primera victoria en casa de la temporada. El nuevo Almería se impuso 2-1, aunque los béticos llegaron a fallar un penalti en los últimos minutos de partido. En cualquier caso, lo más relevante de dicho choque fue un maravilloso gol de Jonathan Zongo desde el centro del campo que recorrió medio mundo.

El debut de Juan Ignacio Martínez en Liga coincidió con el último partido del año 2014, justo antes del parón navideño. El Almería rindió visita al Celta de Vigo. La importancia del planteamiento defensivo que el propio entrenador había proclamado desde su presentación con el conjunto almeriense dio sus frutos en Balaídos. Aunque el equipo celtista llegó a estrellar un balón en la madera y falló un penalti, valió un único gol de Hemed tras una contra antes del descanso. Con esta nueva victoria en el norte de España, los almerienses cortaron una racha en Liga de nueve partidos sin ganar y se comieron el turrón fuera de los puestos de descenso.

Las vacaciones de Navidad no enfriaron el gran inicio de etapa de Juan Ignacio Martínez. El duelo en Málaga, correspondiente a la jornada 17, se saldó también con otra victoria relevante, sumando tres de tres. Hemed hizo los dos goles en La Rosaleda, siendo el segundo de penalti. Samuel llegó a empatar para el Málaga en el minuto 72, mientras que Míchel vio la doble amonestación en la prolongación. Aunque hubo un final emocionante, el Almería no permitió perder el botín de tres puntos, quedando en el luminoso el 1-2 definitivo.

La decadencia en Liga y la eliminación en Copa


El efecto Juan Ignacio Martínez duró eso, tres partidos. La disputa de una nueva eliminatoria de Copa del Rey supuso el primer varapalo para el entrenador alicantino. El estreno de Quique Sánchez Flores en el banquillo del Getafe, que se dio en el Mediterráneo, frenó la trayectoria ascendente del Almería. La ida de los octavos de final de la Copa quedó en empate a un gol, siendo Verza el protagonista del encuentro tras hacer un tanto en propia meta y luego empatar desde los once metros.

En medio de la eliminatoria copera se celebró la jornada 18 de Liga, la cual enfrentó a Almería y Sevilla. Fue el último encuentro en casa de la primera vuelta y los rojiblancos no evitaron quedar sin conocer la victoria en su feudo. Los hispalenses se impusieron 0-2 gracias a los tantos en la segunda parte de Iborra y Coke. En ese choque debutó Javier Espinosa con la elástica almeriense. Lo hizo tras sólo haber realizado un entrenamiento con su nuevo equipo, el del día anterior.

La primera derrota del Almería desde la llegada de Juan Ignacio Martínez al banquillo rojiblanco antepuso la eliminación de la Copa del Rey. La vuelta en el Coliseum Alfonso Pérez se saldó con victoria por la mínima del Getafe, suficiente para pasar a cuartos. El entrenador alicantino no dio la importancia que merece a esta competición y de poco le sirvió, puesto que a continuación encadenó dos derrotas más en Liga.

La primera de ellas fue en Mestalla, donde un gol de Negredo en el tramo final dejó sin premio el trabajo realizado por los visitantes. El de vallecas, que no quiso celebrar el tanto por su pasado almeriense, puso el 2-3 definitivo, habiendo antes adelantado Dani Parejo y Rodrigo al Valencia e igualado por dos veces Hemed en la primera parte. La siguiente derrota se dio en Power8 Stadium, donde un gran Espanyol pasó por encima del Almería. Dos goles de Stuani y uno de Caicedo dejaron un claro 3-0 para los pericos.

A pesar de las limitaciones de la plantilla del Almería y a que llegaba a ese final de mercado invernal en puestos de descenso, sólo hubo dos refuerzos para Juan Ignacio Martínez. Fueron el lateral izquierdo Casado, y el ya anteriormente mencionado Espinosa. Por su parte, abandonaron el grupo Quique González, cedido al Racing de Santander, y Teerasil Dangda, la estrella tailandesa que no llegó a brillar nunca en la península ibérica.

Un paso adelante, dos para atrás


Como fue tónica general en la temporada del Almería, el equipo rojiblanco de nuevo consiguió coger oxígeno en la tabla de clasificación. Fue así por otra reacción del conjunto tras una serie de malos resultados.

Las cuatro derrotas consecutivas, contando Liga y Copa, quedaron atrás con la vuelta del Getafe al Estadio de los Juegos Mediterráneos. Esta vez, correspondiendo a la jornada 21 de Liga, los almerienses vencieron a los getafenses para vengarse de la eliminación copera y sumar tres puntos que le sacaron de los puestos de descenso. La primera victoria en liga de los rojiblancos en casa llegó tras un único gol de Édgar al filo del descanso. En la segunda parte, primero Escudero, y más tarde Hemed, fueron expulsados.

A la jornada siguiente, el Almería venció al Córdoba y consiguió así encadenar dos victorias consecutivas, algo que sólo se produjo una vez en toda la temporada. Aunque Sarabia había adelantado a los califas con un gol de falta directa en la primera parte, los almerienses remontaron tras el descanso con dos tantos de Míchel.

El entusiasmo de los seis puntos, además conseguidos contra rivales directos, volvió a traer después una racha desoladora de resultados que, como le habría ocurrido a Francisco, tendría consecuencias drásticas. Tres empates en casa, 2-2 ante la Real Sociedad y 0-0 ante el Deportivo y el Villarreal, se alternaron con tres derrotas a domicilio, 3-0 en el Vicente Calderón, 1-0 en el Martínez Valero y 2-1 en San Mamés. El Almería no conseguía hacerse fuerte en el Mediterráneo, pero tampoco volvían a llegar buenas noticias de los desplazamientos lejos de casa.

Persecución judicial


Cierto es que esta mala racha pudo verse influenciada por asuntos ajenos a la limitada calidad de la plantilla almeriense, que también. La actuación arbitral pudo perjudicar a los rojiblancos en encuentros como el acontecido frente al Deportivo de La Coruña, donde el equipo terminó el partido con nueve jugadores por rigurosas expulsiones de Thievy y Míchel. Anteriormente, el Atlético de Madrid se había encontrado el camino de la victoria allanado al regalarle Mateu Lahoz un penalti a los doce minutos de juego.

Aunque lo que más pudo perjudicar a los almerienses de forma indirecta fue la amenaza de la FIFA con una sanción tan descabellada como insólita en la liga española. La RFEF, que incluso días después reconoció algunos errores en el proceso judicial por su parte, decidió restar tres puntos en la clasificación de la presente campaña al Almería por un supuesto incumplimiento de ley con respecto al fichaje de hace varias temporadas de Jakobsen al Aalborg BK danés. El escándalo, que quedó en suspense hasta final de temporada, saltó justo antes del duelo ante el Deportivo.

Desde entonces los hombres de Juan Ignacio Martínez no dieron pie con bola. Entraron en descenso al caer en la jornada 26 ante el Elche. Volvieron a salir a la semana siguiente gracias al punto defendido ante el Villarreal, a pesar de la expulsión de Dos Santos que dejó al equipo con diez en el minuto 39 y que fue compensada por la de Jaume Costa en el 56.

La derrota en Bilbao vino precedida por otra semana marcada por asuntos extradeportivos que les golpearon de nuevo. Thievy Bifouma había sido sancionado con cuatro partidos en Liga a partir de una denuncia de su ex-representante, aunque en esta ocasión el Comité de Apelación aceptó la petición del club presidido por Alfonso García y dejó suspendida cautelarmente la sanción.

Juan Ignacio Martínez deja su sitio a Sergi Barjuan


El Almería parecía solucionar los problemas que tenía en los despachos, sin embargo en lo puramente deportivo la situación era alarmante. Llevaban seis jornadas sin ganar, estaban en puestos de descenso, y además las bajas por lesión, como las sufridas por Míchel y Fran Vélez, comenzaron a debilitar aún más a la plantilla rojiblanca.

Juan Ignacio Martínez no lo tuvo fácil. Necesitaba recomponer un equipo bastante golpeado por las bajas y por el estado anímico y mental. Le llegaba un encuentro óptimo, y a la vez determinante, para poder renovar la confianza del entorno en su persona y así poder seguir llevando el timón del barco rojiblanco con autoridad. En el Mediterráneo aterrizaba el Levante, un rival directo por la permanencia. A pesar de haber tenido dos semanas para preparar el partido, el Almería protagonizó el peor encuentro de la temporada. Cayó derrotado por 1-4, resultado que sacó al equipo levantinista de los puestos de descenso y metió a los almerienses.

La goleada encajada ante su ex-equipo y el acumular hasta siete jornadas sin ganar le costaron el puesto a Juan Ignacio Martínez. El segundo cese de la temporada de un técnico del Almería fue anunciado el Domingo de Resurrección. Un día después se reveló la nueva apuesta para conseguir el reto de la salvación. Sergi Barjuan fue el elegido.

En su presentación, el técnico barcelonés fue muy rotundo respecto al equipo que quería ver sobre el terreno de juego. Su plantilla debía estar unida y trabajar con el mayor sacrificio y esfuerzo. Ésta sería la ideología que le acompañaría durante cada entrenamiento y cada partido.

El destino, a veces caprichoso, quiso que su primer partido dirigiendo al conjunto almeriense fuese ante el club que le vio crecer como jugador, el FC Barcelona. Resultó ser un partido muy disputado en el que el Almería salió derrotada por cuatro goles a cero. Sergi lejos de abatirse por un marcador tan abultado y, para más inri, en el primer encuentro con su nuevo equipo, afirmó ante la prensa sentirse contento por la buena imagen de juego que dieron sus jugadores.

El Mediterráneo por fin reía


La positividad estaba latente para el entrenador catalán, y la enarboló como bandera para los restantes partidos que le restaban al Almería en esta Liga 2014/2015. Quedaba un total de ocho en los que se enfrentarían a equipos con diferentes objetivos e intereses.

A su vuelta del Camp Nou, la mentalidad del preparador almeriensista estaba puesta en el Granada. Un rival asequible para vencer, un derbi de suma importancia para que los tres puntos se quedaran en el Mediterráneo. Y así sucedió, el Almería venció por tres a cero al club nazarí.

Tras este choque y el gran resultado cosechado, el Almería se enfrentaría a Rayo Vallecano y Eibar. Dos partidos difíciles en los que necesitaban sumar y contentar la confianza de su fiel afición. En ambos encuentros, cuajaron un gran papel aunque en Vallecas cayeron por dos a cero; y ganaron a los guipuzcoanos por el mismo resultado.

El Almería empezaba a remontar. El trabajo de Sergi Barjuan iba dando sus frutos y hasta ese momento de la temporada habían cosechado un total de dos derrotas y dos victorias, ambas en casa. Una estadística muy positiva que animaba a creer en el sueño de la salvación.

Tanto nadar para morir en la orilla


El conjunto rojiblanco recuperó la confianza y afrontó el próximo compromiso con optimismo. Sacar un resultado favorable ante Real Madrid en el Santiago Bernabéu no parecía descabellado. Nada más lejos de la realidad, la superioridad de los madrileños se hizo patente sin desplegar mucho juego. Los rojiblancos volvieron con tres goles a cero para Almería y con la cabeza puesta en el Celta de Vigo y en el Málaga. Eran las dos oportunidades perfectas para hacerse con seis puntos vitales en lo que restaba de campaña liguera, puesto que los demás rivales eran mucho más complicados: Sevilla y Valencia.

El entrenador catalán tenía muy claro este hecho, por lo que exigía a sus jugadores el mayor esfuerzo posible para conseguir la victoria en los últimos cuatro partidos, pero sobre todo ante el equipo gallego y malagueño. Los resultados de los partidos fueron 2-2 con el Celta y 1-2 con el Málaga. Sólo pudieron rescatar un punto de cuatro y no les quedó otra que jugarse la vida ante el equipo de Unai Emery y Nuno Espirito Santo.

Sevilla y Valencia necesitaban ganar para entrar en puestos de Champions League, y por lo tanto, no regalarían acción alguna e irían a por el partido desde el minuto cero. Los jugadores almeriensistas se encontraban tocados de moral al ver que los resultados no favorecían. La sanción de la FIFA y las bajas, que se cebaron con los almerienses en el tramo final, pareciron influir también en la cabeza de los hombres rojiblancos. Por ello, Sergi no tuvo más remedio que darles un toque de atención mediante los medios de comunicación. Utilizó la rueda de prensa previa al choque frente al Sevilla para hacer unas declaraciones subidas de tono con las que pretendía una reacción en la plantilla, con el único objetivo de incentivar el dejarase el alma en el campo como única vía hacia la salvación.

Ésto no fue suficiente, como tampoco lo fue la movilización que llevó a cabo la afición almeriense para animar hasta el final a su equipo. El Almería fue derrotado en sendos partidos: 2-1 contra los hispalenses y 2-3 con los valencianos. El fútbol y la mala fortuna se cebó con la ilusión de un combinado que soñaba en grande. Luchó hasta dejarse la piel en el césped en las últimas oportunidades que tuvo, pero no fue suficiente. Primero, en el Ramón Sánchez-Pizjuán, y más tarde, en su propio feudo ante el Valencia, rozó esos puntos que necesitaba para salvarse, pero éstos siempre se escaparon.

Sergi Barjuan no pudo conseguir la permanencia en la división reina, aunque como dijo en sus declaraciones tras el partido del Valencia: "Nos vamos derrotados, pero con la cabeza bien alta”.

El barcelonés fue un técnico de carácter que hizo lo que estuvo en su mano por rescatar al Almería de su naufragio. A la espera de saber su futuro, ha dejado claro que siempre creyó en la salvación con sacrificio, con el máximo esfuerzo y compromiso en sus jugadores, en la afición almeriense, en los colores rojiblancos y en ese lema generalizado por todos “Almería nunca se rinde”.

*Con la colaboración de Ana Pérez.

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