19 noviembre 2009

En Austria como en casa

España disputó ayer un nuevo amistoso con miras al Mundial 2010. Fue en la inolvidable Viena, ante la selección austriaca, la cual también salió goleada, 1-5, por la apisonadora selección española.


El encuentro tuvo clara superioridad de la Roja. La selección nacional jugó de manera brillante y entró en área rival como Pedro por su casa, y así se reflejó en el marcador. Sin embargo, Austria, a pesar de su menor potencial, llegó a estar por delante en el marcador. La selección austriaca golpeó primero. Fue en el minuto 7, con obra de Jantschner. Pero la alegría de la afición local duró poco. Exactamente 3 minutos, cuando Cesc Fábregas tras una asistencia magistral de Silva pone las tablas en el marcador. A partir de ahí, el equipo austriaco lo más destacado que hizo fue entradas muy sucias. España ni por esas dejó de jugar a su fútbol. En el minuto 20, Villa puso ya por delante a la Roja, tras una buena asistencia de Iniesta. Éste la tuvo dos minutos más tarde. Y si ya el partido estaba encarrilado, mejor se nos queda tras la expulsión de Pehlivan en un cruce de cables que tiene ante Busquets. A partir de ahí monólogo de España que daba muestras de que cuando quería podía llegar un gol. Y quiso tres más. Uno fue en el minuto 45, antes del descanso. Silva de nuevo asiste a Villa al hueco que en velocidad y muy escorado consigue con la puntera mandar al fondo de la red un balón que en los pies de otros tropieza en el portero o se va fuera. Los otros dos goles llegaron en una segunda parte donde Del Bosque realizó los cambios permitidos. Los tantos fueron en el minuto 56 y 57. En el primero de ellos, deja su huella Güiza tras fallar la defensa austriaca, y en el 57, es Pablo Hernández en un tiro cruzado el que completa la manita.

Al equipo nacional le sentó genial regresar al lugar donde Casillas levantó la copa de Europa. El Ernst Happel es la segunda casa de la Selección desde aquel 29 de junio del 2008. El encuentro fue especial e hizo recordad momentos inolvidables. Por esto nuestros jugadores se muestran cómodos en este país, pero también mucho tiene que ver la gente. Los austriacos recibieron con los brazos abiertos a la expedición española en la llegada a su país y en el estadio de Viena, donde toda la grada lateral hizo un mosaico de la rojigualda en el instante del himno español. Fue un acto emotivo y de agradecer.

El encuentro de ayer significó el último del 2009 para la Selección Española. El año ha sido extraordinario y es que se ha ganado todos los partidos a excepción de uno, el de Estado Unidos en la Copa Confederaciones. Llegamos al 2010 con las ganas de que sea el año de la Roja. Es lo que todos deseamos. ¡ESPAÑA!

1 comentarios:

Nico García dijo...

Hola máquina. La verdad es que tenemos una selección para soñar, que hay que disfrutar. Vivimos una época mágica. Eso sí, tenemos que ir paso a paso y con mucha humildad.
Saludos desde La Escuadra de Mago

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