Foto: UD Almería. |
Tres años a la sombra
El guardameta asturiano, nacido en Avilés, aterrizó en Almería en la temporada 2008-2009, procedente del Celta de Vigo. Llegó para cubrir la vacante dejada por Cobeño, con la difícil tarea de hacerse un hueco bajo palos. Por aquel entonces el dueño de la puerta rojiblanca era Diego Alves, que estaba dejando grandes sensaciones en Liga.
Como Esteban relató, se mudó a Almería, con mujer e hijos, creyendo que iba a ser para 11 meses. Su estancia en el sur duró más. Pronto se hizo con el respeto de todos sus compañeros. Su carisma también comenzó una estrecha relación con la afición rojiblanca. Junto a la buena instalación que tuvo su familia en la capital almeriense, la idea de prolongar su etapa a orillas del Mediterráneo fue más fácil. A pesar de no haber tenido apenas participación en Liga, a sus 33 años acordó con la directiva del club renovar su vinculación por dos años más.
Durante sus tres primeros años en la entidad almeriense tuvo que aceptar ser el portero suplente. No por ello fue menos importante. Su condición de hombre de equipo siempre fue positivo para el grupo y llegó a jugar en 28 partidos, contando Copa y Liga. Sumó un total de 2520 minutos. Hay que recordar que su participación en la Copa del Rey de la temporada 2010-2011 fue relevante. El Almería hizo historia al llegar por primera vez a las semifinales de dicha competición.
Segunda juventud
Supo ser paciente y su oportunidad le llegó. No fue fácil, pero ahí estuvo para hacer el trabajo más duro. En 2011 el Almería perdió la categoría y Diego Alves no continuó en el equipo, marchándose al Valencia. Esteban no tuvo miedo a Segunda. Cogió las riendas de la portería rojiblanca en medio de un ambiente desolador. Así dio comienzo la segunda juventud del asturiano.
El Almería afrontó dos campañas en la categoría de plata del fútbol español. En el primer año no pudo conseguir el objetivo del ascenso. Tras un flojo final de temporada, el club rojiblanco ni tan siquiera llegó a meterse en los playoff de ascenso. La campaña siguiente, la 2012-2013, compitió mejor. Luchó durante todo el año por quedar entre los dos primeros, sin embargo en la última jornada liguera, en lo que fue una final frente al Villarreal, entre el segundo y el tercero, se quedó sin el premio del ascenso directo. Tuvo que ganarse el retorno a Primera en los playoff de ascenso, con cuatro partidos disputados más. De esta forma, y con todo merecimiento, lo consiguió. En total costaron 88 batallas para volver a la cima del fútbol español. Pues bien, en los 88 partidos jugó como titular Esteban. Ni una sola lesión, ni una sola sanción. Se convirtió en el amo y señor de la puerta almeriense y en hombre fundamental del ascenso.
El abuelo de la Liga
El verano de 2013 fue de muchos cambios en Almería. Se dejaba atrás la Segunda para luchar en la difícil competición de Primera. Javi Gracia, a pesar de cumplir con el objetivo, no prosiguió en el banquillo rojiblanco, siendo un novato de la casa quien lo sustituyera, Francisco. Hubo también varios cambios en plantilla. Esteban fue uno de los hombres que se mantuvo. Se había ganado la confianza de todo el entorno rojiblanco y la directiva no dudó en renovarle de nuevo el contrato. Eso sí, le llegó una competencia seria para el puesto. La llegada de Ustari amenazó la titularidad del asturiano, pero todo fue una falsa alarma. A base de trabajo, bastó con los ensayos de pretemporada para hacerse también con la confianza del nuevo entrenador almeriense.
Como en los dos años anteriores, jugó todos los minutos de Liga posibles. Ustari se tuvo que marchar en el mercado invernal por falta de oportunidades. Fueron 3420 minutos despejando balones de la portería rojiblanca. La actuación del "abuelo" de Primera fue determinante para que su equipo terminara la campaña alcanzando la permanencia, que llegó en la última jornada de Liga.
Despedida de Primera
Toda etapa tiene su fin y Esteban decidió claudicar la suya con el Almería. Frente al Athletic, en un abarrotado Estadio de los Juegos Mediterráneos y alcanzando la salvación, terminó esta bonita relación. Salió de Almería por la puerta grande, dejando atrás seis maravillosos años como él mismo indicó, con 154 partidos disputados y 6673 minutos jugados.
Con cerca de los 39 años se marcha al Real Oviedo, equipo de sus orígenes, donde quiere poner fin a su carrera profesional como jugador. Antes tendrá una nueva despedida con su querida afición almeriense. Debido a la invasión de campo que hubo en el estadio por la consecución de la permanencia, el adiós no pudo ser el deseado y este miércoles 21 de mayo volverá a lo que ha sido su casa para hacerlo como es debido. La afición rojiblanca podrá volver a decir aquellos de "Esteban, Esteban, Esteban", cántico ritual de cada encuentro del Almería en los útimos tres años. Por su parte, el asturiano dirá hasta luego. Renuncia cerrar vinculación con un adiós, porque en su corazón siempre estará presente la gente y la ciudad de Almería.
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