Foto: Carlos Barba (EFE). |
Además de todos los adjetivos que se le pueden sumar por la excelente campaña que ha protagonizado, hay uno especial, clave de su éxito. Gracias a ello le fue fácil adaptarse, conocer lo que la directiva y afición quiere, tener la confianza de estos estamentos en los malos momentos, disfrutar y reir como ninguno otro, amar el escudo, sentir los colores y hacer lo imposible para permanecer en Primera, hasta dejarse la vida en ello. Es almeriense, y si no lo fuera quizás hoy el Almería no estaría en Primera.
Ejemplo de que la juventud puede triunfar, que todo ser experimentado nació sin experiencia, que no hay que buscar fuera lo que se puede tener en casa y que con sacrificio se llega al éxito.
Orgullo de rojiblancos. Orgullo de almerienses. Nuestra identidad. Gracias Francisco.
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