19 enero 2010

No a cualquier precio

Impresionante fue el ambiente del domingo en el Estadio Mediterráneo. Alrededor de 18000 espectadores poblamos las gradas y dimos colorido en el partido ante el Tenerife. Esto fue debido al "día del abonado", en el cual el club regaló una entrada a cada propietario de abono. Con esta iniciativa, Almería respondió, y claro, esto vuelve a abrir el eterno debate de por qué no hay más aficionados cada domingo en el campo.

Opiniones hay miles. ¿Culpa de la idiosincrasia almeriense? ¿De la directiva? ¿De la situación del país? ¿De la corta historia del club? ¿De las pistas de atletismo...? Aunque sea mínimo, todo puede afectar, no digo que no, pero personalmente la gran culpa se la echo al club. Alfonso García, desde su llegada a la presidencia, ha ido temporada tras temporada haciendo afición, hasta el punto que en la temporada 2005-2006 se produjo el primer lleno del Mediterráneo para presenciar un partido del Almería. Fue ante el Poli Ejido y aquel encuentro concentró cerca de 15000 almerienses en un partido de segunda división. A los fieles seguidores no se nos olvidará aquel encuentro ya que supuso un punto de inflexión en la historia del Almería. Partidos como ese hacen afición, como ocurrió también en la temporada siguiente, la del ascenso, donde se desató la almerimanía. La directiva se preocupó siempre del aficionado, pero todo cambió cuando llegamos a primera. La política de precios cambió radicalmente y los abonos y entradas subieron hasta tal punto que se convirtió Almería en la ciudad más cara de España para ver fútbol. Aun así, el primer año, y con la novedad, la cifra de espectadores rondó los 15000, subiendo o bajando en según que encuentros. A partir de ahí las asistencias de público fueron disminuyendo. El segundo año, la temporada pasada, la directiva incomprensiblemente mantuvo los precios y eso hizo perder muchos abonados. Se dieron cuenta tarde de su error y durante el año llevaron a cabo iniciativas para llenar el campo, lo que en muchas ocasiones supuso un enfado mayor de los fieles de siempre, pues el abono no llegó a salir tan rentable en comparación con aquellos que se beneficiaban de esas iniciativas. Este año por fin bajaron los desorbitados precios, pero han sido dos años en los que se ha tratado mal al abonado, y como era de esperar, de nuevo el número de seguidores bajó. De todas formas, aún siguen siendo caras las entradas en algunas zonas y para mí la distribución de las localidades en las gradas este año ha sido todo un error. Con lo fácil que sería poner los precios de los abonos a 300, 600 y 900 euros en fondos, preferencia y tribuna respectivamente...

Ahora somos unos 9500 abonados, cifra pobre en primera, donde Almería está dando una imagen de desapego hacia su equipo, por culpa en gran parte de una directiva nefasta en temas económicos. Yo sí pienso que hay afición en Almería por su equipo, tanto o más que en otras ciudades, y en varias ocasiones así lo hemos demostrado, lo que pasa es que no todo el mundo tiene el fútbol en un lugar de máxima prioridad en la vida diaria, como lo puedo tener yo o cualquiera de los abonados, y eso hay que entenderlo. La directiva no se debe centrar solamente en los seguidores más acérrimos e intentar llevar al campo aquellos muchos otros que dicen gustarle el fútbol pero antes tienen otros "hobby". Almería quiere fútbol, pero no a cualquier precio.

La directiva en lo deportivo está siendo insuperable, pero en mi opinión suspende en la política de precios. Este año parecen haberse dado cuenta de errores del pasado y están rectificando. Las medidas adoptadas aún son insuficientes, pero el primer paso está dado. Eso sí, deben tener en cuenta que ahora la ciudadanía necesita tiempo para que vuelva a confiar en el proyecto encabezado por Alfonso García. Espero que en un futuro próximo el estadio vuelva a tener unos 13000-14000 espectadores de media como mínimo que es lo que merecemos los almerienses.

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