
Los resultados no llegan. La situación cada vez es más difícil de superar. Pero hay algo que sí funciona en Almería. Me refiero a la afición.
El sábado ante el FC Barcelona quedó patente. La afición animó de lo lindo, la presión que metió al rival fue sublime y quedó como toda una hinchada señorial al despedir con aplausos a todo un campeón...