Los jugadores del Almería ya están de vacaciones y ahora es la directiva la que tiene que trabajar para confeccionar la UD Almería de la próxima temporada. El deseo de todos es igualar, al menos, este año o los dos anteriores, los cuales han sido realmente maravillosos. El dato de no haber pisado jamás los puestos de descenso en estos tres años dice mucho del buen trabajo que se está realizando en la entidad.
Centrándonos únicamente en la temporada recién acabada, una vez más el objetivo de la permanencia se ha conseguido. La trayectoria que hemos tenido durante este año ha sido casi un calco a la temporada pasada. Tuvimos un comienzo de Liga aceptable y después vino un bajón donde fue necesario el cese de Hugo Sánchez para Navidad. El técnico que lo sustituyó fue Lillo y se produjo un efecto rebote en la tendencia del equipo. Con Lillo en el banquillo llegó el mejor juego del Almería y el equipo ascendió mucho en la clasificación. Cuando los almerienses ya no sentíamos la presión del descenso, hubo una relajación generalizada y el equipo entró en la peor racha desde que estamos en primera. Esto hizo retrasar demasiado la permanencia matemática, tanto que se consiguió en la penúltima jornada, aunque también es cierto que fue en el antepenúltimo partido, en la victoria ante el Villarreal, cuando verdaderamente celebramos la salvación.
Ya se han cerrado las puertas de la mejor Liga del mundo, este año antes por el Mundial de Sudáfrica, y el Almería ha conseguido de nuevo quedarse dentro. Seguimos haciendo historia y, como decía el lema con el que nos despedimos la afición almeriense (tifo de la Grada Joven): "sigamos escribiendo nuestra larga historia...".
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