06 junio 2013

A la espera de la final de El Madrigal

Imagen: Peña Birretes
De los nervios. Faltan dos días para vivir uno de los partidos más vibrantes de mi vida. En vivo y en directo será el más emocionante.

Jamás antes los rojiblancos nos habíamos visto en otra. En un partido te juegas la gloria. Ésto no es esperar a que tarde o temprano llegue el ascenso, como ocurrió en 2007, ni se trata de una eliminatoria copera que te hace avanzar en dicho torneo. Tampoco es esa tarde importante donde tu equipo juega pero hay que estar pendientes de otros resultados, de otros campos. Lo que viviremos el sábado será diferente, algo inédito. Será nuestra final de la Champions particular. En un estadio, El Madrigal, y en 90 minutos se decidirá el campeón, Villarreal o Almería.

Desde la victoria frente al Girona una sensación extraña recorre mi cuerpo. Es algo difícil de explicar. Mi cabeza está en el sábado, en lo que puede ocurrir a partir de las 7 de la tarde en Villarreal. Cada vez estoy más nervioso, y aún quedan dos días. No quiero imaginar el nerviosismo que puedo tener mañana, día en el que pongo rumbo hacia la final. El sábado necesito estar en el lugar del espectáculo. Quiero vivirlo todo con intensidad, siempre y cuando el corazón me lo permita. Hasta el comienzo del partido seré todo un flan.

Una vez comience el encuentro, el mundo se parará. Sólo existirá el partido. No habrá nada más. Ni lo que haya ocurrido hasta entonces, ni las visiones del futuro tendrán cabida. Será el momento de luchar. Nuestros jugadores lo tendrán que hacer sobre el campo. Los aficionados, desde la grada. Sólo un objetivo habrá. Ganar.

No sólo los jugadores, la directiva y los hinchas buscamos esa meta. Habrá mucho más detrás. Desde la capital almeriense hasta cualquier pueblo de la región del Indalo. Desde almerienses ilustres como Bisbal, Capel, Ándujar Oliver o el gran Ortiz hasta almerienses adoptados como Emery o Luna. Antiguos componentes de la plantilla, familiares de los jugadores, cientos de chilenos que siguen deseando lo mejor al equipo, los aficionados rojiblancos que lo verán desde el cielo... Cada uno dio, da y dará lo que tiene dentro de sí para conseguir el retorno a Primera. Nos lo merecemos. En unión y con ilusión, a por el ascenso.

¡SÍ SE PUEDE!

1 comentarios:

Nico García dijo...

En 48 horas podemos ser de Primera, pero primero hay que ganar en el partido de nuestras vidas.

Un saludo!!

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